La primera planta piloto del ITC lanza un glosario de proyectos para descarbonizar el azulejo

La sede del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) de Almassora crece para ser el referente del futuro de la principal industria de Castellón. Unas instalaciones que han ampliado en 1.057 metros cuadrados para convertirlas en una planta piloto plenamente operativa en el 2023, pero en las que ya se desarrollan proyectos encaminados a la que las empresas del azulejo conozcan cómo van a funcionar dentro de unos años. Un panorama en el que se vislumbra la sustitución del gas natural por otras fuentes de energía que sean menos contaminantes.

Entre estos proyectos se encuentra el primer horno que ya experimenta con hidrógeno. Según explicó ayer el director del ITC, Gustavo Mallol, son «los primeros en utilizar hidrógeno de verdad, sin cálculos de ordenador». Otro de los campos de actuación es el referido al uso de hornos eléctricos, el secado con infrarrojos o el uso de la inducción para la fabricación de fritas.

El presidente del ITC-Aice, Joaquín Font de Mora, detalló los cambios que ha experimentado el proyecto de las instalaciones de Almassora desde que se gestó, «en febrero del 2019, con una visita de Ximo Puig. En aquellos momentos se trabajaba en implementar la industria 4.0, pero llegó el tsunami de la industria hipocarbónica, lo que modificó los planes iniciales.

Font de Mora detalló que las obras han supuesto una inversión de 622.018 euros, «con un diseño sostenible y un ahorro energético del 50% con el autoabastecimiento que proporcionan placas solares con 65 kilovatios de potencia». A la importante obra se añade la financiación de los proyectos, con lo que la inversión de la Generalitat se acerca al millón de euros.

El conseller de Economía, Rafa Climent, visitó las instalaciones del ITC junto a la nueva secretaria autonómica del departamento, Empar Martínez Bonafé, y la directora general del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, Júlia Company.

También acudieron los diputados provinciales Ximo Huguet y Pau Ferrando, y la alcaldesa de Almassora, Merche Galí. Climent calificó este proyecto como «innovador, eficiente, sostenible y como el futuro para un sector que reclama la implantación de tecnologías que descarbonicen la industria», cara a la reducción de emisiones, plan previsto para el año 2030.

Los ejes del ITC para la industria

HIPOCARBONIC: Se trata de una hoja de ruta, en la que se analizan los diferentes escenarios que permitan la fabricación de cerámica sin emisiones de CO2. Se desarrolló entre los años 2020 y 2021, y en breve se publicará la documentación.

CEROH! STRATEGIES: Esta propuesta, iniciada en el 2018, se basa en los planteamientos de la economía circular y pone de manifiesto métodos para reducir el consumo de gas natural.

ENERGÈTIC: Estudia las opciones del sector cerámico para adaptar sus procesos de fabricación ante un escenario en el que se deberán reducir las emisiones de CO2. Entre sus apartados está el diseño de componentes para hornos eléctricos, o el uso de combustibles renovables, como el biometano, para sustituir al gas natural.

PLANTA PILOTO: Las obras comenzaron en el mes de junio pasado y acabaron recientemente. En estas instalaciones se analizarán proyectos y maquinarias experimentales. El próximo año estará a pleno rendimiento.

HIDROKER: Se fundamenta en un horno de cocción cerámica en el que ya se está utilizando un 20% de hidrógeno, porcentaje que aumentará en los próximos meses. También se plantea el uso de baterías de litio agotadas para hallar materias primas destinadas al clúster.

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