Asebec/Spanish Ceramic Technology

El obstáculo que ralentiza la transición hacia la Industria 4.0 en el sector cerámico.

La cesión de los datos que se generan en todas las fases del proceso de fabricación del azulejo está siendo uno de los obstáculos en el proceso de digitalización del sector cerámico, convirtiéndose en el principal reto a afrontar. Todos los participantes en el tercer y último Seminario de Asebec/Spanish Ceramic Technology sobre Procesos de Innovación Tecnológica para el Siglo XXI: La revolución digital, celebrado el lunes 23 de noviembre en Cámara Castellón bajo el título Industria 4.0, coincidieron en la dificultad de obtener esta unidad mínima de información para avanzar en el proceso.

Ello viene condicionado por quiénes pueden ofrecer estos datos, que son fundamentalmente los fabricantes de maquinaria cerámica. En este sentido, el director del ITC-AICEGustavo Mallol ha señalado que la principal dificultad ha venido dada hasta el momento porque cada parte de una planta es de un proveedor; como, además, el fabricante de baldosas no tiene la cultura de la Industria 4.0 en su cabeza, no ha estado exigiendo que se le cedan esos datos. Por consiguiente, el responsable de la acción diaria del Instituto de Tecnología Cerámica pide a los empresarios que incluyan en los contratos de compra de maquinaria «una cláusula para poder acceder a los datos que generan las máquinas».

Así mismo, otro de los problemas es que solo hay «dos grandes actores que fabrican plantas completas, que tienen la sartén por el mango», explica el director-gerente de Talleres Foro, Francesc Ortells. De este modo, estas dos grandes compañías «quieren ofrecer su propio sistema de gestión de datos», incide Mallol, cuando es posible que al cliente le convenga algo diferente: «Los grandes fabricantes de maquinaria son muy buenos haciendo máquinas, pero de proceso no saben tanto como los técnicos españoles», incide el experto. «Los grandes actores quieren aprovechar la situación para reforzar su implantación», añade Ortells.

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Además de la «pérdida de protagonismo» a la que las firmas deben hacer frente y que, como apunta Ortells, es algo psicológicamente difícil de afrontar, los fabricantes de maquinaria han de asumir «que deben abrir los procesos a integraciones con otros fabricantes», señala el managing director de IoTsensIgnacio Llopis. «Hay que hacerles ver qué van a ganar, que sacarían muchísimas cosas». No en vano, «lo que puedes llegar a hacer es enorme», apunta el gerente de operaciones de ColorkerRamón Debón.

Engrasar todos los eslabones

En el camino que se abre con la necesaria integración de diferentes fabricantes en un solo sistema de gestión, el director global de producto de impresión inkjet de Efi Cretaprint, Fernando Tomás, subraya que lo primero es que cada fabricante o proveedor de tramo se asegure «que su parte cumple con todos los requisitos, que se pueda incluso cambiar el proceso en tiempo real» para posteriormente poner en común todo ese conocimiento. Y el «propietario del  proyecto ha de ser el fabricante cerámico», no el de la maquinaria, concreta.

Todo este debate ya se pudo vivir en la última edición de Qualicer, recuerdan. Allí estuvo Colorker, y Debón destaca la «apuesta digital, bien definida», que ha emprendido la compañía. «Nosotros no adoptamos la Industria 4.0 como un proyecto, que tiene un principio y un final», sino como uno de los pilares de la firma, asegura. Este se ha plasmado «en un sistema de información de la fabricación de la baldosa y otro de visión global». Y para ello han definido «una estrategia, el talento [a utilizar], los recursos a destinar, [cómo compaginar] las velocidades del negocio con las de la digitalización…».

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En este asunto, Mallol destaca la necesidad de definir exactamente qué se pretende. «La empresa tiene que centrarse y decir: este año voy a hacer esto; no querer abarcar demasiado». Y en su opinión hay claves que no se pueden demorar: «Yo lo primero que haría es saber cuánto me cuesta fabricar las cosas en tiempo real. Parece mentira, pero no lo saben. Al cabo de un mes sí, pero eso ya no vale. Y la gestión energética también: La gente se queja mucho de los costes del gas, pero no saben cuánto consumen para fabricar un metro cuadrado». Siempre en lo que se refiere al instante preciso.

El sector debe ser proactivo.

Igualmente existen reticencias por parte del sector azulejero. Es el secretario general de la patronal de maquinaria cerámica, Juan José Martínez, quien apunta que los fabricantes de baldosas «están más pendientes de crecer, de las concentraciones de empresas, que de mejorar el proceso con la digitalización». En este aspecto, la entrada de grandes conglomerados financieros en el sector puede ser un punto a favor, indica Ortells: «Si en la mentalidad de estos fondos existe la creación de valor y llevarla hasta la base, igual funcionan como un tirón».

Otro de los problemas es la falta de personal cualificado. Tal y como ya se abordó en el primer Seminario Asebec, que durante tres semanas se han celebrado en Cámara Castellón financiados por IVACE, en el sector «no tenemos gente» formada, «hace diez años que estamos con ese tema», apunta Martínez. Dadas las dificultades para reformar el contenido de los cursos de Formación Profesional y de los grados y másteres universitarios, Fernando Tomás apuesta por una mayor implicación de las compañías: «La formación y cualificación tiene que estar cubierta por la empresa. Se tiene que respetar el plan de formación. El papel de las empresas podría ser mucho mejor. Se debería ir a los centros de formación y decir claramente lo que necesitamos». Existen ejemplos válidos en otros sectores, «como la Lanzadera de empresas de Valencia, que detecta una necesidad y la va cubriendo».

También Ortells se muestra de acuerdo en establecer estas vías de colaboración con el sector educativo, que ahora se reduce a los periodos de prácticas. «A lo mejor interesa empezar un poco antes y que desde el centro se plantee un programa de visitas que abra la mente al estudiante», apunta. Por su parte, Debón señala que la formación no solo pasa por las materias técnicas, sino también por las denominadas «habilidades blandas», como la colaboración en equipo. En cuanto a las primeras, alerta de que, «de cada 100 egresados en carreras stem (acrónimo en inglés para los estudios de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática), 60 son chinos e indios», por lo que pide «comenzar a cambiar» las materias que se imparten y la orientación de los estudiantes, aunque los resultados tarden en llegar.

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Cuestión de tiempo.

En este contexto, todos coinciden en que la transición digital es una necesidad, aunque todavía «se podrá seguir viviendo un tiempo» sin dar este paso, como apunta Fernando Tomás, «esto es un tsunami, que tardará más o menos en llegar», señala Mallol. «Más tarde o más temprano se va a ir hacia ahí en el grado en que los factores lo permitan; además es deseable en cuanto a utilización de recursos naturales», para frenar el cambio climático, afirma Ortells. Desde un punto de vista más mercantilista, Debón asegura que quien conjugue bien este tránsito «será a medio plazo un player de relevancia en el sector». Y Llopis asegura que «hasta que no sepamos vender bien el retorno en las inversiones, probablemente cueste más».

Todo ello ha recibido cierto impulso, en lo que al subsector de la maquinaria se refiere, a raíz de la pandemia sanitaria. «Al no poder salir de casa hemos empezado a hacerlo», reconoce Juan José Martínez. Pero este es un camino por el que apenas se ha comenzado a transitar.

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