Agustín Poyatos: «La línea continua no sustituirá las baldosas para viviendas, para lo que nació Macer»
La castellonense Macer cumple 50 años. Cinco décadas en el sector de la maquinaria cerámica que han dado para mucho y que le han permitido contribuir a la enorme evolución de la técnica para la fabricación cerámica que se ha dado en todo este tiempo a través del producto en el que están especializada, el molde. El cliente y el producto han cambiado y eso ha hecho que la forma de producirlo haya variado. Una evolución que la firma de Almassora ha acompañado e impulsado. Con más de 160 trabajadores y 3 plantas productivas con más de 23.000 m² de superficie total dedicados al molde, la firma cofundada por Agustín Poyatos junto a cinco socios, Enrique Cubertorer, Serafín Sales, Manuel Marzá, Rafael Muñoz y Pedro Valerio, ha sobrevivido a varias crisis y asiste ahora a los cambios contemporáneos del mercado a nivel internacional.
– Macer celebra nada más y nada menos que 50 años. ¿Cómo ha sido la trayectoria de la empresa?
– Esta empresa se fundó en 1973. Éramos seis socios los que montamos Macer y empezamos en una nave de 250 metros cuadrados. Personalmente, llevo 58 años en el sector cerámico y hemos vivido de todo: épocas buenas, crisis, problemas geopolíticos internacionales… Y puedo decir que si tienes ganas de trabajar y de seguir, las cosas se van superando poco a poco; eso sí, gracias a la confianza que tienen los clientes contigo, eso es fundamental. Al margen de estar muy implicado en el aspecto técnico del sector cerámico, lo importante es precisamente la credibilidad, el servicio que le des a tus clientes, la investigación, el desarrollo y la actualización de la tecnología que ofreces para la fabricación de pavimento cerámico.
– ¿Qué cambios ha experimentado el cliente en todo este tiempo?
– Sobre este sector hay que entender que la cerámica es un producto, podríamos decir, sencillo, compuesto de tierra, agua y aire, pero que está muy industrializado y modernizado. La cerámica viene de la naturaleza, de las montañas y la tierra. Y la tierra no la puedes cambiar de sitio, sino que está donde está y es la que es. Esa es la base con la que tenemos que trabajar. A partir de ahí, el paso del tiempo y la innovación han permitido todos los cambios que ha experimentado la cerámica. La cerámica de hace 50 años no tiene nada que ver con la que hay hoy, pero la arcilla no ha cambiado, es la misma. Ha cambiado la tecnología.
– La innovación al final es una parte esencial de la maquinaria cerámica.
– La cerámica tiene muchas partes, para mí son seis. El molde es uno de ellos y para mí, el molde es fundamental porque sin él, no se puede tener cerámica. Pero tiene que ir acompañado de todo lo demás. El equipo de Macer lo que siempre hemos intentado es, con el departamento técnico, analizar los pros y contras de la fabricación de nuestros productos. Ese ha sido uno de los éxitos de la empresa: la investigación y el desarrollo que se ha hecho continuamente. Siempre hemos estado para la mejora de la producción cerámica.
– ¿Cuáles han sido esos cambios?
– Cuando empezamos a trabajar en la cerámica, la pieza más grande que había era de 150 por 150 milímetros y, hoy en día, en prensado, lo más grande que hay son 1300 por 1300 o incluso 900 por 2000 milímetros. Démonos cuenta de la diferencia. Ha cambiado el camino que el mercado estaba demandando y la tecnología que podía dar respuesta a ello. Nosotros hemos ido implantando sistemas nuevos de molde para fabricar esas piezas nuevas.
– Ahora se está trabajando ya con líneas continuas sin prensa, ¿tienen pensado entrar en este segmento?
– Cuando se habla de la línea continua o de la lámina se está hablando de un cambio como los que antes hablábamos. Cada versión de producción es completamente diferente a la otra. ¿Están relacionadas? Sí, pero el pavimento y revestimiento cerámico personalizado de la vivienda, que para esto nació Macer, no tiene nada que ver con lo otro. Y creo que ni la lámina ni las líneas continuas van a sustituir eso, porque es un producto muy personalizado. Al final, las empresas de maquinaria y mecanizado, si tienen los instrumentos, pueden fabricar lo que quieran porque tienen los medios. Macer tiene los medios para moldes cerámicos y puede meterse en otro segmento porque tiene las instalaciones y la maquinaria. Nuestra maquinaria puede fabricar hasta elementos de un coche, por poner un ejemplo.
– ¿En qué proyectos de mejora o de innovación están trabajando?
– En este momento, debido a la situación internacional, no estamos demasiado centrados en eso. Pero sí que hemos estado introduciendo novedades como la placa hidráulica, el molde de espejo penetrante, en el MSF, la cuchilla de carbono de tungsteno… Se han implantando muchas mejoras y se siguen implantando. Pero mirando hacia un futuro, digamos de cinco años, dependerá de los cambios que se produzcan en las seis ramas que tiene la cerámica. Si en alguna de ellas se produce una innovación, deberemos adaptarnos a ella.
– ¿Cuál es la situación actual de Macer?
– Ahora mismo, Macer tiene 160 trabajadores y este año esperamos cerrarlo con una facturación aproximada de 22,5 millones de euros. A pesar de la situación de crisis actual del sector cerámico, tanto a nivel nacional como internacional, agravada aún mas si cabe por la crisis diplomática con Argelia, hemos conseguido mantener los 160 trabajadores en plantilla. En este sentido, pese a un aumento de los recursos destinados a incrementar nuestras exportaciones, este ha sido insuficiente manteniendo una disminución del volumen de negocio en cifras próximas al 5%.
– ¿Y cómo están viviendo la crisis por la que atraviesa el sector azulejero?
– Esa pregunta deberían hacérsela a los políticos. La pequeña y mediana empresa del sector cerámico, al margen de los grupos internacionales, ¿qué solución tenemos y qué respuestas nos dan? ¿En qué nos apoyan? No nos apoyan en nada. Y eso es un problema. Pero al margen de esa falta de ayuda por parte de la política, creo que el sector cerámico atraviesa una crisis internacional debido a la inestabilidad que hay tanto en Europa como en Oriente Medio. Macer trabaja en muchos países del mundo y el sector cerámico está paralizado a nivel mundial porque la construcción, que es uno de los motores del sector, está prácticamente parada.
– El bloqueo comercial de Argelia es un problema importante para la maquinaria cerámica. Parece que puede resolverse en los próximos meses. ¿Cómo les ha afectado a las empresas?
– Sobre esto deberían de preguntarle al gobierno. No solo ha afectado a nuestro sector, sino a todos los sectores a nivel general. Debido a esta situación nuestros socios de la Unión Europea están ganando cuota de mercado facilitada por la gestión inexistente por parte del gobierno español para solucionar la situación de bloqueo comercial con Argelia.
– En un mercado con cada vez mayor competencia internacional en el sector cerámico, ¿hacia dónde debe dirigirse el clúster de Castellón?
– Conozco todo el mundo cerámico y no son iguales los costes de producción que tenemos aquí en España que los que hay en otros países. Hace una década criticábamos mucho a China y hoy hacemos lo mismo con India porque está haciendo mucho daño al sector cerámico al tener unos costes más bajos. Contra eso no se puede competir.
En Castellón vivimos cerca de 55.000 familias del sector cerámico tanto directa como indirectamente. Necesitamos ayudas y también tenemos que reducir costes, intentar ser cada vez más competitivos y tener cada vez mayor nivel de calidad en el producto. Deberíamos de competir en igualdad de condiciones, en cuanto a emisiones de CO2 y de mano de obra sin estar sometida a explotación.
– ¿Cómo les ha afectado la crisis energética?
– A nosotros la energía nos puede influir, pero muy poco. Quizá entre un 3% y un 5% del coste real. No nos influye tanto como a los fabricantes de cerámica. Y ahí es donde creo que los políticos deben hacer algo para que podamos competir. Al respecto, hay que recordar que tras el bloqueo comercial de Argelia, España importó gas de Estados Unidos en barcos y eso hay que sumarlo al coste, por poner un ejemplo.
– ¿Qué inversiones están haciendo en materia de sostenibilidad?
– Hemos puesto placas solares en dos naves, Macer 2 y Macer 3, y eso también permite ahorros a la empresa. En Macer 1 podemos poner en una parte, pero en otra no… veremos cómo lo hacemos. Es importante para nosotros invertir en transición energética y nos preparamos para el futuro en base a la agenda 2030 impulsada desde la Unión Europea. Pero hay que recordar que nosotros no podemos mantener nuestro nivel de competitividad si los costes hacen que perdamos demanda, dado que hay países que no exigen a sus empresas estos requisitos de sostenibilidad.
– Además de los mercados donde Macer ya tiene presencia, ¿está buscando otros nuevos?
– Hay zonas del mundo donde dentro de poco se va a fabricar mucha cerámica. Por ejemplo, en África dentro de 10 o 15 años, aunque ya se está haciendo. Tendrán poco a poco la tecnología y ya tienen la materia prima. Ahí se van a implantar muchas fábricas y aquí puede ser que se queden grupos grandes. Macer está preparada para la innovación y está a la vanguardia de las necesidades del mercado. Además de los grandes países productores de cerámica como España, Italia, India, China, Turquía o México, hay otras zonas emergentes como Argelia, que era un país que hace una década podía fabricar 150.000 m2 al día y hoy puede estar rozando el millón. En definitiva, África, Oriente Medio o Centroamérica son potenciales fabricantes emergentes.
– ¿Cuáles son los retos de Macer?
– Los retos de Macer son los retos de sus clientes. Estamos al servicio de lo que ellos necesiten y estamos preparados para lo que venga.
– Han vuelto a publicar un nuevo libro técnico.
– Sí, para el 50 aniversario hemos editado el tercer libro de carácter técnico de Macer sobre el sector cerámico. Siempre de la mano del profesor Rafael Galindo y, para esta tercera edición contamos como coautor con una de las voces más autorizadas en el sector del molde, nuestro director técnico, José Antonio Pérez. El primer libro se publicó en 2002, el segundo en 2008 con una reedición en 2018, y el tercer ejemplar se ha publicado ahora. Es la primera documentación en formato libro sobre la tecnología del molde.
Compartimos a través de él gran parte de nuestro know-how y es, para nosotros, nuestro obsequio más preciado para clientes, técnicos y asociaciones cerámicas, porque nuestra filosofía está en ayudar al sector cerámico, dado que una de las carencias que siempre se ha denunciado es la falta de formación.
– El año pasado no acudieron a Cevisama, ¿esta edición irán a la feria y a Tecna? ¿Están preparando algo especial para esta feria?
– A pesar de que las grandes empresas de maquinaria no están presentes, en Macer creemos que es importante potenciar la feria con nuestra presencia. Tecna es la feria por excelencia con más numero de asistentes a nivel mundial, en la cual Macer estará también presente.