Claramonte: «El objetivo es internacionalizar, en dos años queremos llegar al 50% de exportación»
La firma Molde Azul lleva más de veinticinco años fabricando moldes para la industria cerámica. En este tiempo, la compañía ha evolucionado hasta ofrecer un servicio global para los fabricantes situándose como una parte fundamental del proceso: ser creadores de diseño junto a las empresas cerámicas gracias a un equipo multidisciplinar «capaz de producir cualquier tipo de molde que un fabricante pueda tener en mente». Pascual Claramonte, general manager de la compañía afincada en Onda, mantiene como apuesta de futuro la combinación diseño-tecnología para ofrecer un producto diferenciado y se marca como objetivo ganar cuota internacional abordando nuevos mercados para la empresa como la zona del Golfo, especialmente, pero también América Central y del Sur. El reto: llegar en dos años a alcanzar el 50% en exportación.
– ¿En qué punto está Molde Azul tras más de 25 años en el sector?
– En estos 25 años ha evolucionado mucho la tecnología, tanto en herramientas como con acabados. Sobre todo, lo que más ha evolucionado ha sido la calidad de los materiales, lo que ha permitido que los moldes duren mucho más tiempo. Y junto con la tecnología, también cambia el diseño. Es muy importante que, cuando nosotros hacemos el relieve tenemos que pasar esa información para que la máquina luego lo pueda decorar. Por lo tanto, nosotros avanzamos haciendo diseño y creando esos relieves que luego son los que vemos en el producto final. Ahora somos una parte más importante que antes, que simplemente se trataba de hacer el molde y era un proceso más mecánico. Ahora, el molde ha ganado valor porque estás haciendo también el diseño junto con las empresas cerámicas. Hemos pasado de hacer los moldes y los punzones a proponer tanto diseño como soluciones a los problemas que conlleve la producción de los relieves. Al evolucionar en calidad, tienes que ir adecuándote a la necesidad del cliente.
– ¿Cuándo se da ese salto en diseño?
– Sobre el 2010, que es cuando llega el boom de la inyección. Hasta el día de hoy, que se sigue evolucionando. El molde pasó de ser una parte mecánica a ser hoy una parte muy importante del proceso, porque estás entrando en la parte del diseño. Ha ganado mucha importancia.
– ¿Cuál diría que es el plus que aporta la marca?
– Nosotros somos de los talleres más jóvenes y tenemos una maquinaria más avanzada, y eso ha sido un factor muy importante. En tecnología y maquinaria hemos estado siempre a la última y ese ha sido nuestro motor en estos años para seguir evolucionando y dando buen servicio a buen precio.
– ¿Hacia dónde se dirige Molde Azul?
– Desde hace diez años hemos empezado a vender en el exterior. Ahora tenemos más que claro que el objetivo es internacionalizar nuestro producto. El futuro está en que tendremos que salir mucho más a vender fuera de España. También es verdad que los grupos cerámicos ahora son mucho más internacionales.
– ¿Y cuál es el objetivo que se marcan en este sentido?
– En los últimos años hemos podido mantener un 20% de exportación respecto al total de la facturación, pero tenemos que encaminarnos a ser prácticamente el 50%, porque si no no podremos seguir el crecimiento que hemos tenido en estos años.
– ¿Qué fecha se marcan para alcanzar ese objetivo?
– No deberíamos tardar más de dos años en llegar a ese hito del 50%. Las empresas que están creciendo ahora son todas de fuera, aquí en España hemos perdido muchos clientes porque ya no están. Los grupos que están son muchos más grandes. Si antes trabajábamos con 60 empresas, ahora lo hacemos con 20. Desde que pasó la pandemia hemos tenido altibajos que han hecho que en los últimos meses pareciera que todo se iba a terminar, que no es así, porque sigo pensando que el producto cerámico español, en relación calidad-precio, es el mejor que hay en el mundo. Y mis clientes de fuera, lo dicen. Las circunstancias internacionales, las materias primas y energía ha hecho que en estos últimos años haya sido muy difícil programar o hacer ningún estudio porque todo era muy volátil.
– Y en esta apuesta por la internacionalización, ¿Qué mercados tiene Molde Azul en el punto de mira?
– Hasta ahora, nuestros clientes eran sobre todo del norte de África, Turquía y, durante unos años, Ucrania. El norte de África ha bajado mucho, especialmente Argelia, que era nuestro principal mercado en el sector. En Molde Azul hemos pensado que uno de los mercados que más está creciendo para nosotros es la parte del Golfo y de hecho va a ser la primera vez que vamos a exponer en la feria de Dubai de noviembre (la feria Big 5). Están construyéndose muchas fábricas y ya hay clientes importantes para Molde Azul, queremos volcar nuestro esfuerzo en esa zona y va a ser la primera vez que vamos a exponer en esa feria. El otro mercado que pensamos que hasta ahora no hemos trabajado y que queremos abordar es el de América central y América del sur.
– ¿Qué proyectos tienen actualmente en materia de I+D+i?
– Estamos intentando desde hace un tiempo, en colaboración con el ITC, cómo hacer para que cuando nosotros vulcanizamos, nuestro producto sea más brillante, más liso. Lo que queremos es obtener con el molde un acabado mucho mejor para que el cliente tenga más brillo en su producto con menos cantidad de esmalte. Estamos con este estudio con el ITC: cómo mecanizar nuestro producto para que luego, en el prensado del azulejo, tenga más brillo y sea más limpio. Además, tendrá la ventaja de usar menos esmalte. Es decir, estamos estudiando los acabados para que el cliente tenga mejor calidad en el producto.
– En cuanto al diseño, ¿Cómo ha evolucionado y qué pide ahora el consumidor?
– Nuestros consumidores son nuestros clientes y como tenemos de todo igual va la pieza pequeña que la grande. Sí nos hemos dado cuenta de que en el caso de la pieza pequeña cada vez la producción es más pequeña y está más volcada a proyectos concretos. Va a ser un producto mucho más de estudio de arquitectura. En pieza grande, creo que la evolución es a formato todavía más grande y todo acoplado. Es decir, el mundo de los moldes con la prensa tradicional está compitiendo con el modelo de lámina (sin molde ni prensa). Estamos en esa dinámica. Hay dos formas de producir azulejo: a lámina o pieza tradicional. Pues bien, los moldes están intentando conseguir piezas muy grandes en prensado para no perder cuota de mercado respecto a la lámina.
– ¿Cómo ve el sector en 2024 y perspectivas?
– Nos hemos asustado mucho en el sector pero ahora parece que vuelve poco a poco a resurgir. No por problemas de producción ni de energía, sino por falta de pedidos. Pero creo que seguro que va a evolucionar hacia adelante. Nos va a costar más en los mercados exteriores que tb están bajos, pero estoy seguro que en un año o año y medio estaremos en una demanda normal.